La presencia de los medios de comunicación ha evolucionado constantemente dependiendo principalmente de las facilidades y avances tecnológicos; proceso que ha ido generando paulatinamente rechazo, dudas, expectativas y aceptación. Sucedió a mediados del siglo pasado cuando los productores de radio, medio de comunicación muy posicionado en su época, calificaron a la televisión como la «caja boba», negando su presencia y potencial ante la “reina vigente”. Y como es conocido, posteriormente, los grandes productores y producciones radiales tuvieron que adaptarse al nuevo medio televisivo, que se convertiría hasta finales del siglo pasado en el medio de mayor poder y alcance.
Con la llegada de la tecnología digital, redes sociales y plataformas streaming, la televisión se ha vista obligado a diversificar su forma de consumo, ya que del habitual televisor en donde recibimos programas emitidos por estaciones o canales de televisión ahora recibimos también, con el uso del internet, servicios de programas, series, películas, documentales, etc.
La explicación se torna sencilla, la digitalización de los contenidos permite al usuario disponer de ellos en los momentos, tiempos y cantidades que decida, mientras que a través de los canales de televisión tradicionales, son las propias estaciones quienes deciden la oferta y puesta al aire de toda la programación existente.
Es así como actualmente, el usuario dispone por completo de los medios tradicionales como prensa, radio y televisión pero también de plataformas como Netflix, Disney+, Amazon Prime, HBO, redes sociales, etc.; sabiendo que la decisión final de qué, cómo y cuándo ver, será exclusivamente suya, resaltando además que dispone de la posibilidad de crear, comentar e interactuar, es decir de tener su propio espacio.
La manera de ver televisión cambió…
Visto de otra manera, la digitalización de los contenidos junto a las plataformas digitales, lograron reformar la manera de ver televisión; así las principales redes sociales, que de forma visionaria, han incursionado en la producción de contendidos variados, entendieron que para estimular su uso y consumo, debían recompensar económicamente a los creadores de contenidos tanto para Facebook como para Youtube principalmente.
En términos comerciales sucede lo mismo, la inversión publicitaria se ha visto segmentada drásticamente entre los medios tradicionales y las redes sociales, optimizando recursos y permitiendo al anunciante una retroalimentación del consumidor de forma inmediata.
El futuro depara todavía situaciones más novedosas y llamativas, donde la fuerza y el poder lo ejercerán los que logren generar contenidos más atractivos y novedosos.
Por: Alfredo Adum Wated
